Séptimo capítulo.
*Su hijo sufre amnesia*
<<Flashback>> (Presente)
*Narras
tú*
Yo: ¿Qué? –Intento preguntarle, mientras trago
saliva y la voz se me quiebra.
Justin no responde. Solo se lleva la mano constantemente
a la cabeza.
Chaz: ¿Qué le pasa a tu amiga?
Ryan: Eso. A Justin de repente le duele la cabeza.
Chaz, eso no debería pasar.
Alice los mira confusa. ¿Pero qué pasa?
Justin: No sé quién eres. –Cada vez que decía eso,
una apuñalada más fuerte que los golpes de papá se clavaban en mi estómago.
Yo: Justin intenta recordar por favor. No hace mucho
que nos vimos.
Justin: Lo siento, no me llamo Justin. Me llamo
Drew. –Me interrumpe, intentado quitarse las manos de su cabeza, pero todavía
con la mueca de dolor.
Yo: ¿Qué? No, ¡tú eres Justin! ¡Justin Bieber! –Mis
gritos de desesperación se oyen ya en toda el aula.
Justin mira a sus amigos
extrañado, y el resto de personas me miran. Alice se aproxima a mí.
Justin: Ya te lo he dicho, soy Drew. Drew Bieber Mallette.
No soy ese Justin que dices que te besó en una playa…
Yo: ¡Sí lo eres! Justin , ¿por qué me haces esto?
–Alice se acerca a mí y me saca a la fuerza de la clase, mientras le pido a
Justin que recuerde y lágrimas asoman por mis mejillas.
¿Qué le estaba pasando a Justin?
<<Flashback>>
*Narra
Justin*
La que se supone que es mi madre, me mira acto
seguido. Estoy sentado en la cama, con cara de confusión total. ¿Pero qué
estaba pasando? ¿Amnesia? ¿Yo sufría amnesia?
Pattie: Oh Dios mío. –Exclama la mujer, mientras el
hombre la abraza.
Doctor: Tranquilos, solo sufre amnesia de primer
grado.
Jeremy: ¿Eso qué quiere decir?
Doctor: Eso quiere decir, que viniendo solo dos
semanas cada mes para poder interrogarlo y preguntándole cosas y recordando en
casa, se recuperará lo más antes posible. Hay gente que nunca recupera todo los
recuerdos… Afortunadamente, no es el caso de Justin. Así que un día sin más,
los recuerdos del pasado volverán a su mente.
Jeremy: ¿Está seguro doctor?
Doctor: Segurísimo señor Jeremy. Su hijo ha tenido
suerte… -Dice mirándome.
-Reaccionó rápidamente acostándose en el asiento de al lado.
¿De verdad hice eso?
El doctor se despide de mis padres y se va.
Mis padres. ¿Cuántas veces habré dicho eso, y nunca
me sonó tan raro? Hasta ahora.
Justin no se había parado a pensar, que ahora era un
desconocido en su propio mundo. Ahora no sabía quién era, cuando el resto de
las personas de allí, lo habían visto nacer y crecer.
Anécdotas del pasado, que tardarían en aparecer en
su presente. Cosas compartidas, olvidadas. Momentos que parecían inolvidables,
borradas de su memoria. ¿Podía eso causar la mente? Lo que, una vez ve, ¿lo
borra?
Es… Como volver a nacer. Hacer una parada y quedarse
ahí. Volver al pasado para que el cerebro vuelva a funcionar, y poco a poco,
recordar.
Pero, ¿estaba preparado para recordar cosas, que
antes hubiese querido borrar? Ni siquiera se acuerda de cómo es...
¿Cómo iba a mirar ahora a los demás, sin saber
quiénes son, y por qué están en su vida?
Pattie: He llamado a Scooter. Vendrá cuando salga el
próximo vuelo.
Yo: ¿Scooter? ¿Quién es ese? –Pregunto, cansado.
Jeremy: Es un amigo, Justin.
Yo: ¿Justin? ¿Me llamo Justin?
Pattie: Sí, hijo. –Dice la mujer más joven, mientras
se acerca a mí. –Tu nombre es Justin, y nosotros. –Dice señalando al otro
hombre, que está sentado casi al lado de la puerta de esa horrible habitación.
–Somos tus padres. –Se dirige a mí.
Sus ojos comienzan a brillarles. Me agarra de una
mano y baja la mirada.
Pattie: Saldremos de esta.
Jeremy: Siempre salimos. – Dice mi padre, mientras
se acerca a mi madre, que está en frente de mí, de rodillas.
Diane: Nuestra familia mientras se mantenga unida,
lo demás no importa. Porque conseguimos salir adelante. –Dice la mujer más
mayor.
Bueno, ya sabía algo de mi familia: están unidos a
pesar de las circunstancias. Así que, creo que de verdad podemos salir de esta.
<<Flashback>>
*Narras
tú*
Alice me acaricia la cara, mientras se pone de
rodillas en frente de mí. Estoy sentada en una silla, fuera de clase. La
profesora nos ha dejado salir, aunque ya no tenemos que pedir permiso en
bachiller para saltarnos las clases.
Miro a Alice, luego a mi izquierda. Suspiro. Es un
gran pasillo. Mi instituto es grande, no muy caro. Algo normalito. ¿Para qué
quiero más? Miro la gran puerta, por donde vi a Justin, saludando a miles de
chicas.
Ahí sentí una felicidad increíble. Ahora, un día
después estoy sentada, añorando ese momento, muriéndome por dentro por no
haberme acercado y sin más, besarle.
Tal vez así recordaba algo.
Alice: Tranquila. Saldremos de esta. –Me dice Alice
con una media sonrisa, mientras continúa acariciando mi cara.
Yo: Alice, no sabe quién soy. Se ha olvidado de mí.
–No he llorado. Bueno sí, cuando Alice me cogió y me sacó de clase a la fuerza.
Pero casi no se notó. Mi pelo volaba por mi cara y no se me veía. Solo se
oyeron gritos. Mis gritos. Lo que temía que pasase, había pasado. Ya no había
vuelta atrás.
Alice: Eso es imposible.
Yo: ¿Cómo estás tan segura? –Alice me sonríe,
mientras juega con un mechón de mi pelo.
Alice: Por que a quien se le quiere, no se le
olvida. –Le sonrío. En parte tiene razón.
No dudaba de Justin. No dudaba en el sentido de que
me quería, y de que se podría haber olvidado de mí.
¿Se puede querer a alguien sin acordarse de quién
es? Tal vez. Porque se quiere sin conocer, y se enamora conociendo.
Yo: Tienes razón Alice.
Alice: Claro que la tengo. Porque si no, me hubiese
ahorrado decirte semejante cursilería. –Las dos reímos.
Ella acerca mi cabeza a
su cara y me da un beso en la frente.
Alice: ¿Quieres volver a clase? –Le niego con la
cabeza. Ella asiente. Se levanta, tiende su mano y yo, una vez más, la agarro
con fuerza.
Alice: Vayamos a casa. –Me dice, pasando una mano
por mi hombro mientras empezamos a caminar por el largo pasillo.
Yo: ¿A casa?
Alice: Claro, ¿a dónde si no quieres ir? –Bajo la
mirada.
Si Alice supiera que lo único que quiero, es que Justin
ahora mismo venga por detrás, me coja de la mano, obligándome a correr con él,
salir del instituto y cruzar mar y tierra juntos…
Eso sí, siempre cogidos de la mano. Así es imposible
que alguno de los dos se pierda. Así estaríamos en continuo apoyo, protegiéndonos.
Sosteniendo al otro. Agarrándonos para no tropezarnos… Teniéndonos en quién
apoyarnos.
Yo: A casa Alice, a casa.
<<Flashback>>
*Narra
Justin*
Papá ha ido a casa y ha traído fotos.
Recuerdos estampados en tintas. Imborrables.
Pattie: Este eres tú con un añito. ¿Lo ves? Amabas
coger cualquier cosa, y dar golpes con ellos al ritmo de la música.
Yo: ¿Se me daba bien?
Pattie: Lo hacías estupendo, amor. –Mamá pasa una mano por mi cara, mientras
acaricia una de mis mejillas. La aparta rápidamente.
Una situación un tanto violenta.
X: Ya estoy aquí. –Un hombre uniformado, ha entrado
por la puerta de la habitación. Parece cansado y está muy sudoroso. Mira a
mamá. Luego a mí.
Yo era el centro de atención. Los que se suponen que
son mis abuelos, no han parado de ir y venir, trayéndome comida. Tenía mucha
hambre. Aún la tengo. Cómo si no hubiese comido durante siglos.
Y ahora, ¿quién era ese hombre?
Pattie: Scott, bienvenido. –Mamá se levanta de la
silla y va a darle dos besos a ese hombre. ¿Scott? Sé que ella y papá no están
juntos. Han preferido decírmelo ya. Pero no me ha impactado. Eso precisamente
no.
Papá y mamá me han dicho que siempre he sentido
admiración hacia ella, pero que siempre he mantenido buena relación con él.
Será por eso que nada más la miro a ella, y cada vez quiero saber más de mi
pasado. Solo con ella.
Yo: ¿Scott? –Me mira.
Scott: ¿Justin? Co-cómo estás. –Se acerca a mí,
titubeando. Alarga su mano hacia a mí, para que se la estreche. Pero yo solo la
miro. Él la esconde y sonríe falsamente. Otra situación un tanto incómoda,
gracias ni más ni menos que a mí. Justin Drew Bieber Mallette.
Lo miro extrañado.
Yo: ¿Quién eres? ¿Eres el novio de mi madre? –Scott
sonríe, mientras que mamá se pone roja.
Scott: No, solo somos buenos amigos.
Yo: Ya, eso decís todos siempre.
Pattie: ¡Justin!
Yo: ¿Qué?
Pattie: Scott es un amigo de la familia.
Yo: ¿Solo eso? Un amigo de la familia no vendría
hasta aquí, vestido así y todo sudoroso, como si hubiese corrido la maratón.
Scott: Justin… No soy solo un amigo de la familia.
También soy tu mánager.
Miro a mis padres.
Yo: ¿Mánager? –La sonrisa de Scott se borra poco a
poco, mientras mira a papá y luego a mamá.
Scott: ¿No se lo habéis dicho?
Pattie: No veíamos el momento, Scott.
Yo: ¿Decirme el qué?
Los tres miran a Justin. Es increíble que un
accidente de coche, borre hasta lo que parecía imborrable.
En silencio, cada uno busca las palabras para
decirle a Justin, que ahora mismo en Twitter se está corriendo la voz, las
beliebers están histéricas, mientras que algunas acampan a fuera del hospital y
que es, sin duda.
La estrella del momento.
<<Flashback>>
*Narras
tú*
Rubén: ¡Hola chicas! ¿Qué hacéis aquí? ¿No deberíais
estar en el instituto?
Yo entro a casa de Alice, me siento en el sillón y
suspiro.
Alice: ¿Y tú no deberías estar en el trabajo?
Rubén: No. Ya estoy de vacaciones. –Le responde
mientras muerde un trozo de lo que es una galleta.
Alice: ¿Y cuáles son tus planes? ¿Estar todo el día
en casa, comiendo galletas saladas y andar en calzoncillos? ¡Por Dios, ponte
algo!
Rubén: ¿Lo dices por ella? –Pregunta, refiriéndose a
mí. Ni si quiera he oído ni la mitad de lo que decían.
Bastante oí hoy, con ese
“lo siento, no sé quien eres”.
Ahora mismo preferiría estar sorda, a pasar el resto
de mi vida oyendo a Justin decirme que no me reconoce, mientras yo poco a poco
muero, y por dentro mi corazón solo explota, sin más.
Alice: Sí. –Responde Alice, mientras vuelve a mirar
fijamente a su hermano, con un poco de mirada asesina.
Rubén: Pero mírala. Si ni si quiera parece estar
aquí… -Acto seguido, me inclino para adelante, pongo mis manos en mi cara,
tapándola y los codos apoyados en mis rodillas, acompañado de un gran suspiro.
Rubén: ¿Qué le pasa?
La hermana no dice nada, va directamente a la
cocina, mientras que él continúa de pie, en frente mía.
Me pregunto qué mirará tanto, cuando simplemente
estoy llena de rasguños y heridas.
Alice: ____, ¿qué quieres comer?
Yo: Nada, Alice nada… -Le respondo con un hilo de
voz, mientras vuelvo a echarme para atrás.
Alice: ¿Cómo que nada? Tienes que comer algo, si no
me enfadaré. –Sonrío cortamente.
Me recordaba en ocasiones a mamá. Alice. Mi paño de
lágrimas. Mi hermana cuando se enfadaba. Mi preciosa princesa admirada. Mi
madre cuando me regañaba.
Mi mejor amiga defensora.
¿Tu mejor amiga puede ser todas esas cosas a la vez?
Porque mi mejor amiga, Alice Logan Stewart lo era.
Yo: Alice… -Entonces, sentí un leve movimiento en el
sofá, y no hacía falta mirar a un lado, ni ser lo bastante lista como para
saber que Rubén se había sentado a mi lado. Su perfume podría olerse a través
de las fronteras del otro mundo.
Rubén: Venga, come algo. –Me pide, mientras pone una
mano suya encima de mi pierna.
Toma nota: A parte de tener una mirada inquietante,
llamarte preciosa cada vez que tiene la oportunidad, es un poco… bastante
confianzudo.
Miro mi pierna. Manos grandes.
Las manos de Justin podían hacerme volar, con solo
acariciarme, pero las de Rubén podían hacerme sentir cierta incomodidad.
Él me incomodaba ya de por sí.
Yo: No tengo hambre. –De repente, sentí una gran
confianza con él. Confianza mutua que no sabía a dónde podía parar, y ni quería
saberlo.
Él me sonríe.
Rubén: Venga, si comes algo, te llevo mañana a un
sitio que te encantará.
Yo: ¿A dónde?
Rubén: Un sitio… Al que seguro que llevas mucho
tiempo sin ir. Apuesto hasta que años. Lo habrás olvidado.
Yo: Si fuese importante, no lo hubiese olvidado.
¿Por qué me quieres llevar? –Él no responde, simplemente se levanta y se va. En
calzoncillos. A su habitación. Alice me llama, haciendo que vuelva a mí. Me
levanto y me dirijo hacia la cocina.
Cualquier chica me hubiese llamado estúpida por no
haberme abalanzado sobre Rubén en esos momentos.
Pero un cuerpo bonito no me hacía falta. Solo un
chico que me hiciese reír con sus tonterías, estuviese ahí cuando lo necesitase
y que me alcance las estrellas más preciosas con sus palabras.
Yo: ¿Pasa algo Alice? –Le pregunto.
Alice sostiene dos platos con comida en ellos re
calentadas.
No hay nada mejor que comer sobras con tu mejor
amiga, después de ver a su hermano mayor en calzoncillos y que este te invite a
salir no se sabe a dónde mañana. Ah, que no falte el ingrediente fuerte: que el
chico que te vuelve loca y has visto en tus sueños, se haya olvidado
completamente de ti.
Alice: ¿Está rico? –Me pegunta Alice.
Yo: Alice, tu madre es una gran cocinera. –Ella
sonríe satisfecha con la respuesta. Yo también sonrío, aunque me cueste. Es
imposible no echar de menos a mamá. La extraño tanto…
Alice: ¿Qué te dijo mi hermano?
Yo: ¿Eh? Pues nada. Que mañana me llevará a no sé
dónde. –Alice sonríe pícaramente.
Yo: ¿Pasa algo?
Alice: No nada. –Yo asiento.
Alice: Solo que le importas a mi hermano. –Eso sí
que me cogió por sorpresa. Mientras mis mejillas cambiaban de color, en mi
mente solo aparecía Justin.
Esta vez, mi cuerpo y mi mente no se habían puesto
de acuerdo en ir hacia la misma dirección, después de escuchar dicha tontería
de Alice.
Yo: ¿Qué dices? –Le pregunto roja como un tomate,
mientras pincho una y otra vez el plato con el tenedor.
Alice: Que sí, hazme caso. Si no, no me hubiese
comido la cabeza solo para saber qué te pasaba.
Yo me encojo de hombros.
Yo: Alice, solo quiero a Justin. –Ella asiente.
Yo: Al único que quiero en estos momentos es a él.
No me importa ningún otro chico más. Ya te he dicho lo que él me hace sentir.
Sabes de sobra que ningún otro chico sintió algo así por mí, y menos yo hacia
él.
Alice: Lo sé, lo sé… De todas formas, no veo a mi
mejor amiga y a mi hermano enrollados. –Las dos sonreímos.
Está segura que nunca pasaría nada entre Rubén y
ella. Que sus sentimientos están muy claros, y que solo intenta ser cortés.
Alice no los ve juntos. Dos polos perfectamente opuestos. Él más a la acción,
ella más a lo clásico.
Pero él… Él escucha esa mini conversación, mientras
piensa quién demonios es Justin.
Y sobre todo, si ella ha sonreído a tal verdad que
ha dicho su hermana con respecto que a él le importa ella, y mucho.
<<Flashback>>
*Narra
Justin*
Scott: Justin…
Pattie: Hijo…
Yo: ¿Justin? ¿Hijo? No, Drew. Me llamo Drew. –Scott
no sabe dónde meterse, y mamá se lleva las manos a la boca por tal
contestación.
Jeremy: ¿Drew? Pero si odias ese nombre…
Yo: Ya no.
Pattie: Justin cállate.
Jeremy: Pattie...
Yo: ¿Me vais a decir quién es este tipo en verdad?
Scott: Justin, ya te lo he dicho. Soy tu mánager.
Yo: ¿Mánager? ¿Cómo que mánager?
Pattie: Justin. –Mamá se sienta al lado mío, en mi
cama. -¿Cuál ha sido tu sueño desde pequeño? –Me pregunta mientras coge una de
mis manos y la esconde en las suyas.
Yo: No lo sé, mamá. –Un brillo asoman sus ojos
marrones. De los que todos están seguros, heredé de ella.
Jeremy: Piensa, haz un esfuerzo. –Miro a papá.
Suspiro. Cierro los ojos fuertemente. Una imagen rara pasa por mi cabeza y me
obligan a abrirlos de nuevo.
Yo: ¡No lo sé! –Le grito por forzarme tan pronto.
Pattie: ¿Te encuentras bien, hijo?
Yo: ¡Queréis decirme de una santa vez, quién es este
tipo!
Jeremy: Justin, no grites.
Yo: Dejadme en paz. –Les pido mientras doy un salto
y me pongo de pie. Mamá me sostiene, mientras me aparto de ella y descalzo
salgo de la habitación tras las advertencias de papá.
Camino por esos largos pasillos, en los que también
me he enterado de que es el mismo hospital por donde solté mis primeras
lágrimas.
El mismo hospital que, dieciocho años después tiene
que volver a verme el careto.
¿Qué me pasaba? ¿Siempre he estado tan de mal humor?
No sé nada de mí. No tengo nada. No siento amor hacia mis padres. Me siento
perdido. ¿Por qué coño tuve que coger el coche de mi abuelo anoche?
¿Qué me
había pasado para que saliese a las seis de la mañana de mi casa?
Mientras camino a paso lento por los pasillos,
muchas enfermeras, médicos, enfermos y hasta niños pequeños me saludan y me dan
fuerzas para que pueda salir adelante. Los pequeños son los más sorprendidos de
verme.
Otra cosa más desconcertante que el no saber quién
ese tipo tan raro. ¿De verdad se llamará Scott? ¿O solo me toma el pelo? ¿Y si
esos no son mis padres? ¿Y si esto no es más que una ilusión que ha creado mi
mente, y que poco a poco está dando forma?
Me apoyo en el cristal que tengo más cerca. Más que
un cristal, es una ventana.
Pero si no estoy preparado para ver lo que tengo
dentro, menos lo estoy para el gran mundo que tengo afuera.
Pero unos gritos me empujan a mirar afuera.
Digamos que no hay palabras para lo que Justin vio
delante de sus ojos.
Pancartas lilas con su nombre en grandes, frases que
parecían de apoyo, millones de chicas gritando y llorando, mientras hacían corazones
con sus manos. Algunas le gritaban, otras le sacaban fotos. Había hasta adultos,
pasando por bebés.
Pero… ¿Qué había ocurrido antes de que tuviese el
accidente?
¿Qué clase de persona era?
¿Qué se había perdido?
¿Qué cosa tan importante había borrado su mente, que
no debería haber borrado?
¿Por qué demonios había tanto alboroto a fuera por
él?
¿Qué tan importante ha hecho al mundo?
¿Quién coño era Justin Drew Bieber Mallette?
<<Flashback>>
*Narras
tú*
Alice: ¿Te has quedado llena?
Yo: Sí, bastante. Tu madre me gana cocinando. –Me
levanto de la mesa y llevo mi plato al fregadero.
Alice: Bueno, al menos tú estás aquí, y ella siempre
afuera. –Dice Alice, en tono de queja
Yo: Al menos tienes madre. –Alice se da cuenta del
error tan grande que ha cometido. Cojo mi plato y empiezo a fregarlo.
Yo: No te preocupes. Sé que no lo has hecho adrede.
–Coge mi hombro y tapa su cara en él.
Alice: Lo siento mucho…
Yo: Alice, no te preocupes. –Le digo con una
sonrisa.
Alice: Deja eso, ya lo hará alguno de mis hermanos.
–Me pide mientras coge mi plato y me lo quita.
Yo: No, eso no es justo. El plato lo he ensuciado
yo, Alice.
Alice: Hay cosas de las que hablar, ¿lo olvidas?
Yo: ¿De qué? –Alice hace un giro con sus ojos, me
coge de la mano y me obliga a correr con ella escaleras arriba. Rubén pasa al
lado de nosotras, Alice le pide que friegue los platos y él se queja.
Se introduce en la cocina.
Subo las escaleras de caracol, dirección al cuarto
de Alice, mientras ella no suelta mi mano.
Llegamos, ella me da un pequeño empujón y me
introduce, entra y cierra la puerta.
Yo: A ver, ¿de qué quieres hablar?
Alice: Ag, ¿en serio lo preguntas?
Respondo afirmando. Ella pone los ojos en blanco. Se
acerca a una de sus tres mesas de noche, la que está pegada a su ventana,
enciende la radio. Por ella empieza a sonar una melodía lenta, demasiado lenta.
Un piano, acompañado de la entrada de una voz masculina. Alice me mira, yo
empiezo a debilitarme. Mis manos comienzan a temblar, mi estómago se llena de
repente, al ritmo de la canción empezada, de raras sensaciones. Mis mejillas
vuelven a arder. Miro de nuevo a Alice, ella se da cuenta que mi tono de piel
ha cambiado, a un rojo muy notablemente visible. Se aproxima a mí, coge mis
hombros y me impulsa a que me siente en el suelo. Adormecida por esa canción,
no puedo imaginarme en otra situación, que no sea encajar las escenas de la
película, en la que el cantante se haya inspirado para componer tan preciosa
melodía.
Alice: Down to earth.
Yo: ¿Eh?
Alice: Down to earht, la canción. La que escribió
Justin para su padre.
Yo: ¿Es que murió?- Dije en tono preocupante.
Alice: No no. Simplemente que sus padres están
separados. Mientras que Justin viaja alrededor del mundo con su madre, su padre
se queda en su casa, en Canadá. –Yo asiento aliviada.
Alice: Bueno, analicemos todo lo que ha pasado,
¿vale? –Asiento a Alice. Parece gustarle estar dentro de esto que me está
pasando. Como si hiciera un papel fundamental, y me ayudase a mí a conseguir lo
que quería.
Alice: Veamos: tú sueñas con Justin Bieber la
primera vez.-
Yo: No sueño, lo vivo.
Alice: Eso. Tú ves a Justin Bieber por primera vez,
cómo si fuese real, cómo si de verdad estuviese ahí contigo en la playa. –Yo
asiento, y ella prosigue. –Al día siguiente, Justin va a nuestro instituto. Tú vuelves a soñar con él ese mismo día… ¿Y qué
te dice?
Yo: “Hazme
entrar en razón”
Alice: Ajá. Cosa que ninguna de las dos entendió.
–Asiento tristemente. Ella continúa. –Hoy vamos a decirle quién eres y no te
recuerda… ¡Ya está! Dios, ¿cómo no lo pude ver antes…? ¡Es demasiado fácil!
–Pego un brinco. Alice me ha asustado. De permanecer las dos en silencio, choca
las dos palmas de sus manos y sus ojos parecen desorbitarse en algún momento u
otro.
Ella se acerca mucho a mí. No reconozco a mi mejor
amiga. Ella es muy alegre, sí. Pero no tanto. ¿A qué razonamiento “lógico” de
todo esto había llegado?
Coge mis manos, temblorosa. Puede que de la emoción.
Las miro. Luego a ella. Se toma cinco minutos en sacar las palabras adecuadas.
Alice: Justin no se ha olvidado de ti. –Arqueo una
ceja.
Yo: Oh, ¡claro que sí se ha olvidado de mí! Puede
que no del todo. Pero sí que… -Ella aprieta mis manos más fuertemente. Nuestras
manos están rojas. Ya están empezando a sudar. Ella sigue con una sonrisa
indescriptible. Lista para observar sus dientes blancos hasta el último
detalle. Y sus ojos, parecen que saltarán a mi cara de un momento a otro.
Alice: Justin. El Justin de la playa. El Justin de
tus sueños. El que te dijo que le hicieras entrar en razón, no era el Justin
con el que hablaste hoy.
Siento que estoy apunto de desmayarme. Que Alice
tendrá que llamar a su hermano gritando
y que me tendrán que llevar al hospital.
Pero, ¿qué tontería estaba diciendo Alice? ¿Cómo que
Justin no era el Justin de mis sueños?
¿Cómo que ese era otro? ¿Había dos Justin?
Imposible, yo sentí que era Justin de verdad. Mi Justin. Mi príncipe.
Mi futuro salvador.
<<Flashback>>
*Narra
Justin*
Miro cada una de esas caras, mientras lloran,
gritan, patalean y me saludan con esos signos de corazones. ¿Quiénes eran?
Había chicas muy bonitas. ¿A todas esas había roto el corazón? Mientras observo
ahora los mensajes de las pancartas lilas, dos personas se acercan a mí. Dos
chicos.
Chaz: Hola Justin.
Yo: ¿Quiénes sois? –Pregunto, mientras miro la
barandilla metálica en la que estoy agarrado.
Chaz: Tus mejores amigos.
Me pongo más blanco aún.
Yo: ¿Mis mejores amigos? ¿Y cómo puedo confirmar eso
ahora? –Chaz traga saliva.
Ryan: Tsé, ¿no te acuerdas de nosotros? –Pregunta el
otro chico, mientras señala al que está a su lado.
Yo: No me acuerdo de nada. –Dejo de agarrarme y les
miro. –Si fuerais mis mejores amigos, ya sabríais lo que me pasa. Mi supuesta
madre está en la habitación 304. Ella os contará.
Chaz: Ya sabemos lo que te pasa, Justin. Pero
tranquilo, saldremos de esta.
Gruño.
Yo: Todos decís lo mismo: “Tranquilo Justin, ya
verás como salimos de esta”. Pero no tenéis ni idea. –Abro paso de entre los
dos y me dirijo hacia los pasillos, dirección a mi cuarto. Decidido a echar a
todo el mundo. A pensar con la luz apagada, y observar desde mi ventana a todas
esas hermosas chicas y esas pancartas llenas de purpurinas lilas.
Chaz y Ryan se miran, rápidamente corren dirección a
mí.
Chaz: No, no estamos en tu piel. Pero te conocemos
desde que eras pequeño. A ti, a tus abuelos, a tus padres… Tus hermanos.
¿Hermanos? Lo que faltaba, ni siquiera sabía que
compartía sangre con otros seres en el mundo.
Ryan: ¿Te acuerdas esa vez en la que estábamos tú y
yo en el sótano de tus abuelos, jugando a las peleas y rompimos el cuerno de un
ciervo disecado? –Oigo unas risas, y unas imágenes borrosas. De dos niños
jugando con un cuerno y pasándoselo bien.
No respondo.
Chaz: Sí, le echasteis la culpa a Nolan. Y ni
siquiera estaba allí. –Sonrío.
Tal vez sí que podían ser mis mejores amigos. Pero
era demasiado pronto cómo para afirmarlo, y averiguarlo. Antes tenía que
descubrir otras cosas a mi nueva vida…
Cómo quién era el hombre uniformado de antes.
Me paro en seco, me doy la vuelta. Sonrío un poco
falso, respiro hondo y ataco a preguntar:
Yo: Está bien. Si es cierto que sois mis mejores
amigos, sabríais responderme a una cosa muy simple.
Chaz: Dispara.
Yo: ¿Quién era el hombre uniformado de antes?
<<Flashback>>
*Narras
tú*
Yo: ¿Pero-pero qué dices Alice? –Le pregunto con una
mueca mientras suelto sus manos y me pongo de pie. Ella me observa extrañada.
Se pone de pie como yo y me persigue por el cuarto. Mientras yo repito cosas en
voz baja.
Alice: Estoy segurísima de lo que digo. –Me doy la
vuelta, la miro. Está cruzada de brazos, firme a lo que acaba de decir.
Yo: Estás loca.
Alice: ¿Por qué?
Yo: Es obvio. ¿Cómo dices que Justin no era el mismo
que el de mis sueños?
Alice: Por que es verdad. Tengo una prueba
fundamental.
Yo: ¿Cuál?
Alice: Tú sueño. El último que has tenido con él. Te
dijo que le hicieses entrar en razón.
Yo: Sí, ¿y?
Alice: Ag, ¿cómo que y?
Yo: Pues como que y. No te entiendo Alice.
Alice: El Justin de tus sueños no es del todo el
mismo Justin con el que has hablado en el instituto. No sé cómo, pero el Justin
de tu instituto no se acuerda de ti. Mientras que el Justin de tus sueños te
está pidiendo auxilio.
De repente, todo encajó. Como un puzle. Retomé toda
la información de Alice. Puse los ojos en blanco y me caí de culo. Alice se
acercó a mí, mientras me cogía de una mano, y con la otra me tocaba la frente.
No estaba caliente. Me pregunta si quiero tomar un vaso de agua. Una tila,
algo.
Solo quiero volver a cerrar los ojos y encontrarme
con Justin. Necesito saber si Alice lleva razón. Necesito preguntarle si es
cierto.
Y si es así, necesito que me ayude.
No sé cómo haré para hacerle entrar en razón.
<<Flashback>>
*Narra
Justin*
Ryan: Es que, ¿no lo sabes?- Asiento negativamente.
Chaz y Ryan se miran.
Chaz: No sé si somos los más indicados para poder
contártelo… -Pongo los ojos en blanco y retomo el paso, dirección a mi cuarto.
Ryan: Ya se tiene que hacer una idea. Ha visto a
todas esas chicas a fuera. No es tonto, creo.
Llego a la habitación. Mi madre se levanta, mi padre
y abuelos saludan a mis “mejores amigos”, y Scott machaca nerviosamente su
corbata con sus dedos nerviosos. De repente, me sentí incapaz de sacarlos a
todos de allí.
Al menos estaban ahí, intentando ayudarme a
recordar. Los que llamaron a la ambulancia, y les importó mi vida.
No podía echarlos.
Todos me observan. Trago saliva y cierro fuertemente
como puños mis manos.
Yo: Por favor, quiero saber todo. Quiero saber hasta
el último detalle. Quiero saber quién es este tipo, y por qué hay chicas
afuera, mientras corean mi nombre, lloran y se alteran solo por verme.
Mamá se acerca a mí y me abraza. Yo la recibo
cariñosamente. Y puede que el doctor tuviese razón, que mi amnesia era poco
duradera. Porque, al oler el pelo de mi madre, sentí añoranza y me supo
familiar.
Pattie: Justin, ven. Siéntate. –Mamá coge mi mano y
nos sentamos en mi cama.
Scott: Ju-Justin. Cómo te explico yo ahora esto… No
es fácil, no. Llevas cuatro años metido en esto…-
Yo: ¿Es algo malo? –Pregunté notablemente
preocupado.
Pattie: No, cariño. Nada que ver. –Ella masajeaba mi
mano cariñosamente. A ella se la veía que eso le hacía sentir bien, y que por
algo pensaría que sus dedos rodeando mi mano, me recordaría a algo.
Scott: ¿Se lo tengo que decir yo?
Ryan: ¿Se lo deberíamos decir ya?
Jeremy: ¿Por qué esperar?
Bruce: Puede que lo mejor sea que empiece poco a
poco, recordando los primeros años: los videos caseros, el concurso, las
escaleras, Youtube…
Me sentí extraño. ¿Videos caseros? ¿Escaleras?
¿Youtube? ¿Todo eso había hecho, para que este hombre estuviese aquí? Sin que
ellos se diesen cuenta, yo estaba formando mi propia teoría en silencio.
Pattie: Justin. –Mamá suspira, miro su mano. Ha
parado de masajear la mía, tiembla. –Eres una súper estrella.
<<Flahback>>
*Narras
tú*
Alice: ____, ¿estás bien?
Yo: Según tú, el Justin de mis sueños me pide que
haga entrar en razón al Justin de mi instituto… No-no entiendo… Son la misma
persona…-
Alice: Tenemos que descubrir qué le pasa a ese
Justin. –Dice interrumpiéndome y poniéndose de pie.
Yo: ¿Qué haces? –Le pregunto un poco mareada.
Alice: ¿No es lógico? Buscar información, a ver si
algo nos da una pista, una señal… Cualquier cosa.
Miro mis dedos. “lógica”. Sonrío vacilante.
Ya no sé qué demonios significa la lógica… Nada de
esto lo era. Justin Bieber, una súper estrella mundialmente conocido, se cuela
en mis sueños. Yo, chica atrapada en las manos de mi progenitor, me enamoro de
él, y el de mí. Por arte de magia, sus besos, sus caricias, su voz me hacen
creer que de verdad nada de esto es un sueño. Es real…
Viene a mi instituto, hablo con él. Intento
explicárselo y nada… No se acuerda de mí.
¿Entonces, a esto se le puede llamar lógica? ¿Ó
destino? ¿Ó sueño?
¿Ó pesadilla disfrazada de sueño?
<<Flashback>>
*Narra
Justin*
Miro a todos los de la sala. Empiezo a imitar un
ruido, como de risa. Pero dejo de hacerlo. Nadie se ríe conmigo.
No, Drew, no. No es broma.
Yo: Pero… Pero… ¿Estáis de coña, no?
Pattie: No, Justin. Eres una súper estrella. Eres
famoso. –Mamá sonríe.
Scott: Eres una estrella mundialmente conocido.
Jeremy: Allá donde vayas, arrasas con todo.
Ryan: Tienes a millones de chicas detrás tuya.
Chaz: Eres la inspiración para millones de personas.
Eres de los artistas más jóvenes y humildes.
Necesitaba que esos tipos de halagos parasen, aunque
fuese por un momento…
¿Yo? ¿Estrella? ¿Inspiración?
Yo: No, no puede ser… ¿Qué he hecho? –Les pregunto
mientras me llevo las manos a la cabeza.
Necesitaba salir de allí. Correr. Que
un tipo de puerta se abriese y me volviese al pasado. Hasta el punto de mi
nacimiento. Hacer un recorrido rápido, pero intenso. Donde pudiese ir
memorizando y recordando poco a poco todo.
Scott se acerca a mí, se pone de rodillas y con sus
ojos marrones flojos me hace la siguiente pregunta:
Scott: ¿Quieres saber lo que has hecho?
Hombre, tú verás. Me despierto en un hospital, sin
recordar nada. Miro a una ventana de cristal y veo a millones de personas
gritando mi nombre con pancartas de apoyo. Y el tío aún me pregunta que si
quiero saberlo.
Yo: Pues claro. –Scott mira a mi madre. Ella asiente.
Luego a mi padre. También asiente.
¿Era tan difícil decirme de una vez, qué ser era yo?
Scott sacó el portátil de su maletín de cuero negro. Lo encendió. Puso Youtube
y en el buscador puso: “Kidrauhl”. Mamá me miró, para ver si en mi rostro se
podía expresar algo que hiciese que me recordase a algo. Mi frente simplemente
se arrugó. Clicó en el primer video recomendado.
Pantalla en negro durante unos cinco segundos…
Y sin esperarlo, una canción empezó a sonar. Todos
empezaron a agolparse al portátil. Hasta enfermeras de afuera se asomaban a la puerta.
Al parecer todos conocían esa canción, menos yo.
Empezaba a odiarme.
Al menos, un sentimiento cobraba vida.
Un niño, con el pelo rapado apareció en ese video.
Sentado en una cama. Se levanta y continúa cantando. Mamá empezó a emocionarse.
Un póster de Bart Simpson por detrás. En mi mente una imagen vista y no vista
apareció. Era ese cuarto. Pero con las paredes de otro color, más trofeos y
posters de, supongo, ese niño pero unos años más tarde.
Pero, un momento. ¿Ese niño era yo? Miré las
visitas. ¡Más de veinte millones de personas lo habían visto!
Mi frente empezó
a sudar, sentí que me caía para atrás, mareado. Mis mejores amigos me
preguntaban si estaba bien, mientras mamá le pedía a Scott que lo parase.
A lo mejor, era más difícil de lo que creía. A lo
mejor, no debían haberme enseñado ese video todavía. A lo mejor, Justin Drew
Bieber Mallette era nada más y nada menos, que un cantante reconocido.
Mundialmente.
------------------------------------------------------------------------------------------------------------
¡Hola! Eh regresado, cómo habéis podido observar. En primer lugar, LO SIENTO MUCHO. El portátil se rompió y ya no podía seguir escribiendo. No estaba en mis planes dejarlo así. Lo siento mucho si el cap se ha hecho corto. Es lo que tiene empezar el instituto... Intentaré subir SIEMPRE cap los sábados, como hoy. Y hacerlos un poco más largos. Bueno, la encuesta sigue ahí >>>>>>> Darlos las gracias por seguir dándome fuerzas para seguir escribiendo esta historia tan mágica y bonita, en el que nuestro ídolo se enamora de nosotras. Esto es un sueño, muchas gracias. Deciros lo de siempre: si quieres el próximo cap no te olvides de dejar tu comentario aquí abajo con tu Twitter ó en mi Twitter directamente pedirlo: ( @GuaxiBelieve ) y si tienes alguna pregunta o duda, en mi Ask: ( @GuaxiAlwaysBelieber ) ¡Ah! Y infinitas gracias a la chica que en mi Ask dijo que la echaba de menos. Me llegó.
Sin más, GRACIAS. Y bienvenida a mi Mundo.